1.-ELEGIR EL LUGAR
IDÓNEO.El cuadro u obra gráfica se compra por flechazo, luego, hay que
buscar su lugar en la casa. Donde mejor encajan es en los espacios
amplios: en el salón (encima de los sofás y la chimenea), el comedor
(frente a la mesa), o pasillos. También en la cocina y en los cuartos de
baño, protegidas por un cristal para que la humedad no las estropee. No es
necesario que los colores del lienzo coordinen con la decoración general
de la estancia.
2.-CREAR PERSPECTIVA.Una pieza, ya sea pintura
o escultura, necesita espacio para que resalte su forma. Hay que dejar que
el aire circule alrededor. Si no es así, una obra de arte cambiará su
fuerza expresiva, y los objetos que la rodean invadirán su entorno,
constriñéndola. Para que se luzca mejor, la composición de la estancia
debe ser armoniosa y equilibrada, carente de objetos y de adornos
innecesarios.
3.-COLGAR CON CRITERIO.Para contemplar un cuadro
con todo su esplendor, los ojos del espectador tienen que coincidir,
aproximadamente, con la mitad del lienzo. Pero situarlos en la parte alta
de la puerta, casi en el techo, es una solución original, que en algunos
casos puede resultar decorativa. Resulta poco estético colgar a diferentes
alturas y en zig-zag una serie pictórica o grabados. En ocasiones, en
estancias muy amplias y con cuadros de grandes dimensiones, se opta por
dejarlos en el suelo y apoyados en la pared.
4.-ILUMINAR
CORRECTAMENTE.Cuando se cuelga un cuadro es importante observar la
cantidad de luz natural que recibe. Los colores cambian según la
incidencia de los haces de luz, y los reflejos pueden dificultar la
visión. Nunca deben darle directamente los rayos del sol. Si el lienzo se
ilumina artificialmente, lo más aconsejable es un reflector orientable.
Éste debe estar, al menos, a 50 cm de distancia del cuadro.
5.-BUSCAR UN BUEN MARCO.Lo más aconsejable es que lienzo y
marco sean complementarios. Si la moldura es excepcional se corre el
peligro de relegar la pintura a un segundo plano. Las de mala calidad le
restan brillantez. Lo ideal para conseguir el equilibrio es que ambos
elementos sean de la misma condición. Hay que considerar que algunos
artistas idean sus obras para que no estén
enmarcadas.
6.-NEUTRALIZAR EL FONDO.De él depende que una obra
de arte potencie sus efectos o pase desapercibida. Los tonos neutros como
telón de fondo son los mejores para sacar el máximo partido a una pieza.
Por el contrario, los oscuros (negro y marrón, principalmente), absorben
gran cantidad de luz y resultarán agobiantes. Pero una pieza de color
claro o un cuadro que desprende luz propia, podrían ganar protagonismo en
un fondo oscuro.
7.-DARLE UNA FUNCCIÓN.Un lienzo de grandes
dimensiones que enmarca la cama y sustituye al cabecero, una escultura que
separa dos ambientes, una puerta que además es un bonito cuadro… Son ideas
muy prácticas para incorporar piezas modernas a la
decoración.
8.-MEZCLAR TEXTURAS.El arte moderno incorpora
elementos que antes eran impensables, y su introducción significaba mal
gusto (madera, metales, materiales pétreos, sintéticos…). En la actualidad
es, precisamente, esa riqueza de texturas lo que da carácter y valor a una
pieza. Es tendencia en las casas el efecto de galería
9.-COMBINAR
ESTILOS. Hacer convivir arte contemporáneo con objetos antiguos es una
de las tendencias de más actualidad. La simbiosis de pasado y presente es
una forma de expresión decorativa. Una escultura moderna sobre una consola
Luis XIV es un buen mestizaje.
10.-UN VALOR EN ALZA.Más allá de
la pura inversión, comprar arte por placer es una estrategia segura.
Resulta interesante, no obstante, más que adquirir piezas sueltas, cubrir
la trayectoria profesional de un artista comprometido, sin duda se
revalorizará más. Es una forma acertada, y estética, de coleccionar
arte.
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