Los precios de estas viviendas no
son baratos, no tanto por la compra del local, acorde con los precios
medios de cada zona, si no por el acondicionamiento del espacio que
requiere una importante inversión y por los materiales empleados que
suelen ser caros. Por algo será que hoy en día los loft aún están muy
asociados a aquellas personas de profesiones liberales bien remuneradas.
Actualmente ciudades como Madrid y Barcelona cuentan con barrios
específicos lofteros, a modo del Soho neoyorquino pionero desde tiempos de
los cuarenta y que comienzan a predominar por todo el mundo. En España
comienza ahora a afianzarse este concepto vanguardista de
vivienda.
Se trata de dar una respuesta a las necesidades que
generan las transformaciones sociales es su objetivo y el mayor
inconveniente reside en la falta de construcciones de este tipo en España.
Amberes y Londres son los lugares de mayor oferta de este tipo de nuevos
inmuebles en el viejo continente. El loft se instala con antelación en los
países europeos con una mayor tradición industrial, capaces de ofrecer un
stock de edificios con las características que definen a este tipo de
inmueble. Así, en Londres se adaptan las construcciones antiguas de
ladrillo visto que se extienden a las orillas del Támesis y que ya no
cumplen la función para la que fueron levantadas. Al otro lado del
Atlántico tienen mucha tradición en San Francisco, Nueva York, Chicago,
Atlanta o Los Angeles. En Latinoamérica tampoco se ha quedado atrás,
especialmente Argentina, que cuenta con una oferta considerable de lofts,
se trata de nuevas construcciones adaptadas al estilo
loftero.
COMO ES
Este estilo de piso intenta
mantener el aspecto industrial con colores fríos; grises y azules, muy
iluminados y líneas muy rectas. Se intenta siempre que sea posible
conservar los elementos estructurales y originarios y mantenerlos a la
vista. Se decanta por los espacios diáfanos donde la distribución de
espacios se caracteriza por disponer las partes comunes abiertas y las
íntimas, pequeñas y aisladas.
A su vez, la luz se distribuye
ampliamente en todas las habitaciones de la vivienda, que normalmente está
formada por dos pisos conectados entre sí a través de escaleras sin
barandilla y construidas a la vista.
Algunos arquitectos han preferido
evitar un contacto directo entre los espacios y han ubicado el estudio en
una estancia y la vivienda en otra, separadas apenas por unos metros. En
otros casos, se decidieron por una distribución por plantas, comunicando
las distintas estancias mediante rampas o escaleras. La luz adquiere un
protagonismo total en estos espacios, Las ventanas y aberturas al exterior
tamizan la luz con persianas de lamas blancas. La incorporación de la luz
natural al espacio es total y no se le pone ninguna traba a su
fusión.
Conservan todos los elementos estructurales y constructivos
originales y los mantiene a la vista. Salen a la luz y se convierten en el
último grito en decoración las vigas de madera, los montacargas, los
acabados de hierro, la piedra y el ladrillo visto, los aluminios, los
metacrilatos o las piezas de acero inoxidable .